En Tigres llegan los mejores jugadores, como en aquel entonces Omar Bravo que era uno de esos delanteros que no te perdonan dentro del área, pero en Tigres no vivió su mejor momento, de hecho durante la pandemia, cambió el balón por la masa y las salsas, ya que el mexicano se puso a vender pizzas.
Tigres no hizo válida la opción de compra en el préstamo que tenía pactado con el Deportivo La Coruña de España, luego de que el conjunto ibérico exigiera la cantidad de 4.3 millones de euros en ese entonces. Tan mal le fue a Bravo que como goleador fracasó y no pudo anotar un solo gol con los felinos.
La intención de Omar fue ayudar durante la cuarentena a los más necesitados, pues varios negocios sufrieron los estragos de una pandemia, pero eso no fue todo lo que hizo, también se dedicó a entrenar a equipos juveniles, para después ser llamado como auxiliar de la UDG, donde por supuesto no ganó ni cerca de lo que cobraba en Tigres.
Con esto que claro que destacar como futbolista no es fácil, pero en Tigres, que es un equipo plagado de estrellas aún más, pues la exigencia y la tolerancia es mucho menor que en cualquier otra institución del futbol mexicano.
Son realidades diferentes, como futbolista llegó a ganar 1 millón y medio de dólares anuales, de hecho cuando estuvo en Tigres se revelaron cifras no oficiales, pero de fuentes cercanas al delantero que rondaba en el medio millón de dólares por seis meses, mientras que como entrenador de categorías juveniles el rango es de 72 mil pesos al año, es decir 6 mil pesos al mes.
23/11/2024
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