Por Sergio Ruiz
En la historia de Tigres UANL, ha habido fichajes que generaron grandes expectativas, pero que no lograron dejar una huella significativa. Uno de estos casos es el de Edno Roberto Cunha, el delantero brasileño que llegó al equipo para el Clausura 2011 y que, pese a su potencial, no cumplió con lo esperado por la afición y el club.
Proveniente del Corinthians de Brasil, Edno aterrizó en Monterrey como una apuesta interesante para reforzar el ataque felino. El delantero contaba con experiencia en su país natal y un perfil versátil, que lo hacía atractivo para un equipo que buscaba consolidarse bajo la dirección técnica de Ricardo “Tuca” Ferretti.
En ese momento, Tigres estaba construyendo la base de un equipo que meses después rompería una sequía de títulos, y las expectativas sobre cada refuerzo eran altas. Edno prometía aportar movilidad, técnica y gol a un ataque liderado por figuras como Héctor Mancilla y Lucas Lobos. Sin embargo, el brasileño nunca logró adaptarse completamente a la Liga MX ni al sistema del equipo.
Durante su estadía en Tigres, Edno participó en 12 partidos, en los que anotó 3 goles. Aunque tuvo algunos destellos de calidad, como un gol clave contra Pumas, su rendimiento general quedó muy por debajo de lo esperado. A menudo se le criticaba por su falta de regularidad, poca contundencia frente al arco y su dificultad para integrarse plenamente al esquema táctico del equipo.
Edno mostró momentos aislados de talento, como su capacidad para disparos de media distancia y jugadas individuales, pero nunca logró ser el refuerzo decisivo que Tigres necesitaba en ese momento. La afición felina, exigente como siempre, no tardó en expresar su descontento, considerando que el brasileño quedó a deber en términos de impacto y consistencia.
Al término del Clausura 2011, la directiva de Tigres decidió no renovar el préstamo de Edno, quien regresó a Brasil para continuar su carrera en clubes como Botafogo y Ponte Preta. Su paso por el fútbol mexicano quedó como una anécdota breve y discreta, sin grandes logros que recordar.
Aunque su aporte no fue significativo, su tiempo en Tigres formó parte del proceso de construcción de un equipo que, meses después, levantaría el trofeo del Apertura 2011, poniendo fin a una sequía de 29 años sin títulos de liga.
El caso de Edno Cunha es un recordatorio de los riesgos que conllevan los fichajes internacionales. Aunque llegó con credenciales interesantes, el delantero brasileño no logró adaptarse al nivel y exigencias del fútbol mexicano ni cumplir con las expectativas de la afición y el cuerpo técnico.
Para los seguidores de Tigres, Edno quedó en la lista de jugadores que “prometieron mucho y dieron poco”. Sin embargo, su breve paso por el club también forma parte de la rica historia de Tigres, que ha tenido la capacidad de superar tropiezos y construir un legado de éxitos en los últimos años.
Hoy, Edno Cunha es recordado como un fichaje que no cumplió con lo esperado, pero que fue parte de un capítulo en el que Tigres comenzaba a consolidarse como uno de los grandes del fútbol mexicano. Aunque no todos los refuerzos rinden como se espera, cada experiencia deja lecciones que ayudan a crecer como institución.
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