Por Sergio Ruiz
La historia de Javier Aquino en Tigres es sinónimo de éxito, compromiso y constancia. Tras más de ocho años defendiendo la camiseta auriazul, el mediocampista oaxaqueño está listo para emprender una nueva etapa en su carrera. Durante su paso por el club regiomontano, Aquino se consolidó como una de las figuras clave en la época dorada del equipo, dejando un legado imborrable en la institución y en la Liga MX.
Aquino llegó a Tigres en el 2015 procedente del Rayo Vallecano de España. Desde su llegada, mostró su calidad técnica, dinamismo y capacidad para desequilibrar en el ataque. Estas cualidades lo llevaron a convertirse rápidamente en un titular indiscutible bajo la dirección técnica de Ricardo “Tuca” Ferretti. Su versatilidad para jugar como extremo o mediocampista interior fue un activo fundamental en los esquemas del equipo.
A lo largo de su carrera con los felinos, Aquino acumuló una impresionante cantidad de trofeos. Entre sus logros más destacados están cinco títulos de Liga MX, una Liga de Campeones de la Concacaf en 2020 y una participación memorable en el Mundial de Clubes 2021, donde Tigres alcanzó la final ante el Bayern Múnich. Su entrega en la cancha y su liderazgo silencioso le ganaron el respeto de compañeros y aficionados por igual.
El mediocampista también fue protagonista en algunos de los momentos más emblemáticos del club, como las finales ante Monterrey y América, donde su desempeño fue crucial para alcanzar la gloria. Aquino siempre demostró ser un jugador confiable en los momentos de mayor presión, destacando por su capacidad para realizar recorridos defensivos y aportar en el ataque con asistencias clave.
Sin embargo, también enfrentó retos durante su paso por Tigres. En los últimos años, las lesiones y la competencia interna limitaron su participación en algunos torneos, aunque siempre mantuvo una actitud profesional y de apoyo hacia el equipo. Su resiliencia y trabajo constante lo ayudaron a superar esos desafíos, manteniéndose como un elemento importante en el plantel.
En total, Javier Aquino disputó más de 400 partidos con Tigres, anotando 29 goles y registrando numerosas asistencias. Su compromiso y entrega lo convirtieron en uno de los jugadores más queridos por la afición regiomontana, que lo reconoce como una leyenda viviente del club.
Aunque aún no se han confirmado los detalles de su próxima etapa, se espera que Aquino continúe su carrera en un equipo que le permita seguir compitiendo al más alto nivel. Su salida marca el fin de una era en Tigres, pero su legado perdurará como uno de los pilares de los mayores éxitos en la historia del club.
Con su partida, Tigres pierde a un jugador emblemático, pero también celebra el impacto que Javier Aquino tuvo en el equipo y en la afición. Su paso por el club regiomontano quedará grabado como uno de los más exitosos en la historia reciente del fútbol mexicano.
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