Tras ver entrenar a Marcelo Flores, Siboldi define la fecha de su debut

Una semana después de haber llegado a Tigres, Marcelo Flores ya cuenta las horas para vestir la camiseta de juego, saltar a la cancha y debutar oficialmente en la Liga MX como jugador de la UANL.

Este viernes el equipo universitario cerró su preparación para enfrentar el domingo a los Rojinegros del Atlas. El director técnico de los felinos, Robert Dante Siboldi, reconoció que el refuerzo de 19 años de edad está convocado para formar parte del plantel que hará el viaje a Guadalajara e incluso, si se dan las condiciones en el encuentro, disputar sus primeros minutos.

“(Marcelo Flores) ya está registrado en el equipo y es convocable, pensamos que pueda estar integrado”, comentó el entrenador de origen uruguayo en conferencia de prensa.

Desde que Tigres hizo oficial la contratación del joven delantero, comentó que llega para ganarse un lugar dentro del equipo felino, dejando en claro que ningún elemento tiene un sitio seguro aunque sea una contratación reciente. Y Marcelo Flores ha asumido el reto como tal, entrenando a tope a lo largo de la semana para tratar de ir convenciendo a su nuevo estratega.

¿Qué tan difícil es el panorama Marcelo Flores?

Por lo visto durante los entrenamientos de la semana, el futbolista nacido en Canadá (con nacionalidad mexicana por tener padre de este país) será suplente, a la espera de una oportunidad de jugar por el extremo izquiedo, posición que aparentemente domina Diego Lainez, a quien se le ha visto entrenando con la casaca de titular en los interescuadras.

Marcelo Flores, que surgió de las fuerzas inferiores del Arsenal de la Premier League de Inglaterra, para luego pasar al Oviedo de la Segunda División de España, decidió apostar por jugar en la Liga MX con Tigres, pero la intención de sumar minutos en los partidos será un reto complicado porque además de Lainez, otro mexicano que puede jugar en esa posición es Ozziel Herrera.

Será hasta el próximo domingo, cuando la UANL juegue de visita contra Atlas, cuando se confirme si el joven atacante de los felinos pueda saltar a la cancha para empezar a escribir una historia de alegría con sus gambetas, o de tristeza si se queda sentado en la banca o en las gradas.